“Akira”, película basada en el manga de Katsuhiro Otomo, es un referente de culto en el anime gracias al dinamismo y el violento post-apocalipsis en torno a la ciencia, la tecnología, los poderes psíquicos y la corrupción.

La catástrofe es un ineludible móvil de alteración para todo aquel que lo vive o lo atestigua. Los efectos después del funesto suceso, reflejado de manera masiva e individual con secuelas de hecatombes o de masivas guerras, se convierten en la inspiración necesaria en el intento por reconstruir un mundo mejor, obligando a los individuos a sobrevivir y superar el colapso.

La nueva era después de la extinción.

Infinidad de novelas post-apocalípticas inspirados en guerras nucleares, conflictos bélicos, invasiones de extraterrestres, plagas zombies, armas biológicas, desastres naturales o las rebeliones maquinarias han despertado la curiosidad en imaginar cómo sería la Tierra tras alcanzar su fecha de caducidad y conjeturar si la humanidad sobreviviente podría ser capaz de realizar un nuevo sistema de gobierno, de mejorar como raza o de repetir los errores de sus antepasados.

El manga japonés tampoco es la excepción, contando con reconocidas obras que remarcan las cicatrices humanas después de la tragedia, varias de ellas con el anime como segundo medio de proyección, como la desolación en ciudades y carreteras con artes marciales incluidas en “El Puño de la Estrella del Norte” (Hokuto No Ken, 1983-1988), la pelea entre dos fuerzas opuestas en “Gilgamesh” (1976-1978) o la relación de los humanos con la naturaleza tras un desastre que extinguió las ciudades en “Nausicaa del Valle del Viento” (Kaze no Tani no Naushika, 1982).

Dentro de la temática y con el trasfondo de la crisis después de la destrucción de la civilización y en medio de la insurgencia social, “Akira” (1988) es uno de los filmes animados más reconocidos de Japón y en occidente, realizando también un retrato violento y dinámico de la rebeldía, la codicia científica, el fanatismo religioso y la ceguera de la conciencia a causa del poder.

La película de “Akira”: Desfile de dinamismo, cyberpunk, violencia y acción en motocicleta

Akira (1988), anime lifejustgotawkward tumblr

El realizador Katsuhiro Otomo (Memories, Steamboy) adaptó su propio manga en el formato animado, preservando gran parte de la esencia cyberpunk y del thriller en torno al mítico y poderoso ser homónimo del relato.

En colaboración con Izo Hashimoto, el filme de 1988 retrata a un resquebrajado Neo- Tokyo, ciudad construida en las reminiscencias de la isla, fruto de la previa destrucción del país nipón por una previa explosión nuclear. La ciudad se ve envuelta en una vorágine de violencia, corrupción, crímenes y trifulcas representadas en pandillas, algunas de ellas usando avanzadas motocicletas.

Kaneda, junto a “Los Cápsulas”, mantiene una persecución en las calles de la ciudad en una pelea contra “Los Payasos”, la pandilla rival. Durante la operación, Tetsuo, el mejor amigo de Kaneda, sufre un misterioso accidente propiciado por un ser desconocido. Después de ser trasladado a instalaciones militares, será objeto de experimentos que demostrarán su compatibilidad con la “energía absoluta”. A causa del proceso y de la obsesión del médico que le atiende, la ambición despertará en muchacho, adquiriendo un devastador poder que amenazará la humanidad.

Otomo se respalda con una destacada técnica en animación enfocada en la atención al detalle, en las reacciones de los personajes y el dinamismo en el entorno, reflejada en las bien logradas secuencias en motocicletas, en los altercados militares y en los secretos científicos en torno al “Proyecto Akira”, el ser con capacidades sobrenaturales. La esencia cyberpunk enriquece al contexto post-apocalíptico, evidente en el diseño de la afamada moto carmesí de Kaneda, en la metrópoli de limitados recursos sociales, rodeada por el frenético avance de la ciencia y la tecnología, la misma que pondrá en riesgo de nueva cuenta a la sociedad que la habita, con la rebelión como el medio para absolver las injusticias gubernamentales.

Akira (1988) Soundtrack jugodelucumaa tumblr.

Aunado a ello, la connotación futurista, un 2019 en el que los vestigios de la Tercera Guerra Mundial reflejan crisis sociales, fanatismos desbordados con la esperanza de una nueva salvación y de una corruptibilidad dentro del gobierno para preservar el poder fatuo, otorga matices de profundidad en el desarrollo del relato y de los propios protagonistas que tendrán una inevitable confrontación, como el adolescente con complejo de inferioridad y envidia que sentirá una ola de seguridad con sus descubiertos poderes psíquicos (Tetsuo) y el rebelde con lealtad a sus amigos que intentará hacer algo importante por una vez en su vida (Kaneda).

Ninguno de ellos es una blanca paloma en sus acciones, con un lado oscuro que evidencia su naturaleza humana, desde el Coronel enfocado en el desarrollo del “Proyecto Akira” con fines militares, el doctor que busca llevar los experimentos en Tetsuo sin medir las consecuencias en favor del avance de la ciencia y Nezu, líder de la Resistencia que tiene ulteriores fines personales con respecto al movimiento que encabeza.

“Akira” es una pieza de ciencia ficción crucial que establece un realismo imperante en los contextos políticos y sociales, así como las vorágines propiciadas por la codicia, el poder, más un escenario crítico, violento y decorado con una animación de alta calidad, prevaleciente en estilo a décadas de su estreno.

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La ciencia ficción de “Akira”: Del extenso manga a la versión anime

Katsuhiro Otomo (1954-) inició su carrera como mangaka en la década de los setenta para Action Comic, donde desarrolló variadas historias cortas y “Fireball” (1979), su primer manga, historia inconclusa en la cual la exploración de seres con poderes sobrenaturales, la rebelión a las máquinas, los jóvenes rebeldes en busca de liberar al compañero caído y la experimentación a favor de la ciencia fueron las temáticas preponderantes que marcaron la mayor parte de su obra. Retomando el uso de habilidades psíquicas en “Domu” (1980), el oriundo de la prefectura Miyagi alcanzó notoriedad con “Akira”.

Publicada en la revista Young Magazine por la editorial Kodansha entre 1982 y 1990, el manga de Otomo se afianzó como un éxito inmediato, consagrándose también como un referente de la ciencia ficción gracias a la crudeza con la que se retrata el declive de una sociedad repleta de crímenes y corrupción. Influenciada por el space opera de “Star Wars” (1977), el retrato de un niño y un robot gigante del manga “Tetsujin 28- go” (1956-1966) y los cómics del francés Moebius, la extensión en papel de “Akira”, equivalente a un aproximado de dos mil páginas recopilado en seis tomos, explica a mayor detalle la distopía vivida en Neo Tokyo, con sus personajes atravesando una ola de violencia y corrupción, asimilando la ruptura de una sólida amistad, algunos desarrollando el sentido del deber que dota de esperanza para la ciudad en cuestión.

Agregando la crítica a la ineficacia de la élite gubernamental, la rebeldía ante una autoridad opresora, la transición a la madurez, el interés en el desarrollo de la tecnología, la ambición y las connotaciones de la pérdida personal, la adaptación al anime preserva gran parte de las temáticas aludidas y de la profundidad de sus personajes, logrando una consagración a causa de las dificultades imperantes en el mundo, reflejadas en la obra de Katsuhiro Otomo.

Incluso resultó siendo capaz de profetizar en el anime, sin deliberación alguna, la sede de los Juegos Olímpicos de 2020, la capital nipona de Tokyo, importante en el deporte en la realidad y en la ficción del relato como el escenario desafortunado para el inicio de la amenaza de destrucción para la humanidad por parte de Tetsuo.

“Akira”: Legado de culto de la animación japonesa

Akira (1988), Katsuhiro Otomo pabstblueribbonpapi tumblr.

La estética de “Akira” influenció en su estatus de culto en posteriores obras. Las connotaciones post apocalípticas resultaron en un aliciente en popularidad para mangas similares en su temática a fines de los ochenta y durante la década de los noventa, como en el funcionamiento policial de “Ghost In The Shell” (1989), el redescubrimiento de una cyborg cazarrecompensas en “Battle Angel Alita” (1990- 1995) o el cyberpunk en el medio oeste en “Trigun” (1995- 1997).

A su vez, el periplo científico y social del “Proyecto Akira” en Neo- Tokyo fue una de las inspiraciones necesarias para filmes occidentales de ciencia ficción. Los entonces hermanos Wachowski recrearon una opresión cibernética en “The Matrix” (1999), Josh Trank (antes del desastre de Los Cuatro Fantásticos en 2015), concibió la idea de la adquisición de superpoderes por parte de tres adolescentes en la indie “Chronicle” (2012) y Rian Johnson (encargado de la octava parte de Star Wars) recreó el viaje en el tiempo de un sicario con el encargo de matar objetivos en “Looper” (2012).

Posteriormente, el anime enfocado a la ciencia ficción y a las historias desarrolladas después de la desaparición de la humanidad tuvo una presencia destacada con “Neo Genesis Evangelion” (1995-1996), “Ima, Soko ni Iru Boku” (1999- 2000) y “Ergo Proxy” (2006).

Con el rumor de una posible adaptación Live Action por parte de Hollywood, la onda explosiva que representa la destrucción y violencia en “Akira”, la reconocida y veloz moto rojiza, la propia vestimenta de Kaneda y el imaginario de Katsuhiro Otomo son las referencias indiscutibles no únicamente de la animación japonesa y el post-apocalipsis, sino también son reflejos de una sociedad cada vez más arraigada al avance de la ciencia, la tecnología, descontenta de sus gobiernos y semillero de delincuencia, esperanzada a algún tipo de milagro para favorecer un cambio.